Un peritaje psicológico es una evaluación realizada por un psicólogo forense para aportar información especializada en procedimientos judiciales. Su objetivo es analizar el estado mental o emocional de una persona y proporcionar un informe detallado que sirva como prueba en un contexto legal.

Los peritajes psicológicos suelen ser requeridos en casos legales relacionados con custodia de menores, violencia de género, incapacidades, secuelas psicológicas tras accidentes o traumas, entre otros. También se utilizan para evaluar la credibilidad de testimonios o el estado psicológico de los involucrados.

El proceso incluye una serie de entrevistas, cuestionarios y pruebas psicológicas diseñadas para evaluar el estado emocional y mental de la persona. Tras la evaluación, se elabora un informe pericial detallado que será presentado en el proceso judicial.

La duración de un peritaje psicológico depende de la complejidad del caso y de las pruebas necesarias.

Generalmente, puede tardar entre unas semanas a varios meses, desde la evaluación inicial hasta la entrega del informe final al tribunal o a las partes implicadas.

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