En la terapia para adolescentes, se pueden abordar una variedad de problemas, como ansiedad, depresión, conflictos familiares, dificultades escolares, problemas de autoestima, relaciones interpersonales y manejo del estrés. Cada situación es única, y el enfoque se adapta a las necesidades específicas del adolescente.

Si observas cambios significativos en el comportamiento de tu hijo/a, como aislamiento social, cambios en el estado de ánimo, disminución del rendimiento académico, problemas de conducta o dificultades para manejar emociones, puede ser un indicativo de que necesita apoyo profesional.

Sí, la terapia puede ser muy efectiva para los adolescentes. Al proporcionar un espacio seguro donde pueden expresar sus pensamientos y sentimientos, se les ayuda a desarrollar habilidades para enfrentar sus problemas y a comprender mejor sus emociones, lo que puede llevar a un cambio positivo en su vida.

Los padres pueden desempeñar un papel fundamental en el proceso terapéutico. A menudo, se les involucra en sesiones de terapia familiar o se les proporciona orientación sobre cómo apoyar a su hijo/a fuera de las sesiones. La colaboración entre terapeutas y padres puede ser clave para el éxito del tratamiento.